Qué luz es luz, si a Silvia yo no veo. Qué gozo es gozo, si Silvia no está aquí; salvo que piense que está aquí y disfrute de esa sombra de perfección.
Salvo si estoy con Silvia por la noche, no hay melodía en el ruiseñor, y a menos que de día yo contemple a Silvia, no hay día que contemplar. Ella es mi esencia. Entonces pues, qué es la condena de muerte.
Si me quedo, muero. Pero si me alejo, me separo de mi persona.
- William Shakespeare.
M
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